125 años de nuestra Congregación
Celebrar 125 años es como abrir el gran álbum del tiempo y comenzar a hojear las fotos del recuerdo, con sabor a historas, a raíces.
Celebrar más que un centenario es como volver a la casa paterna donde venimos, en donde nacimos; volver por el camino polvoriento a encontrar nuestros primeros sueños, nuestros recuerdos de infancia, el consejo de nuestros padres, nuestros primeros pasos...
celebrar 125 años es como abrir el baúl de los abuelos y conversar con ellos de sus comienzos, de sus ideales, su fe, sus principios...
Celebrar 125 años es como mirar las raíces de un árbol que tiene su propio secreto. Metidas en la tierra, ejercen en la oscuridad la fuerza y el poder del crecimiento. A veces parten la tierra, en un esfuerzo silencioso , con la felicidad de servir al árbol, de ser fundamento y sostén...
La congregación Misioneras Siervas del Espíritu Santo estalla en fiest por tan gran acontecimiento donde queremos: RECORDAR, CELEBRAR, CREER.
Como Congregación Misionera recordamos nuestros comienzs, nuestras raíces, nuestros Fundador- San Arnoldo Janssen- y nuestras co- fundadoras- Beatas María Elena y Josefa.
Celebramos su fe, su espíritu misionero, su entusismo, su espíritu de lucha, su confianza en la Providencia, su visión universal, su espíritu de riesgo, su abandono en las manos de Dios.
Creemos en el poder del Espíritu que a lo largo de 125 años ha venido enriqueciendo a nuestra Congregación. Creemos que Él purifica nuestro ser, alienta nuestra esperanza y nos empuja en la complejidad de nuestra historia, a seguir llevando el impulso misionero hasta los confines del mundo.
No pedimos a Dios más maravillas. Pedimos la capacidad de "maravillarnos" ante lo que Él sigue haciendo en el corazón disponible.
Damos gracias a Dios porque tantos pueblos en el mundo llegaron al conocimiento de la Verdad a través de las Siervas del Espíritu Santo que hace 125 años empezaron a abrir caminos al Evangelio.
Damos gracias Dios por la vida desgranada en la escuela, entre los pobres, el marginado, el enfermo...
Damos gracias a Dios por aquellas que nos precedieron. Pedimos a Dios coraje para las que viemos el presente y sabiduría para las que construirán el futuro...
